miércoles, 22 de mayo de 2013

LA CIUDAD, UN ESPACIO PARA APRENDER

La ciudad se concibe actualmente como un conjunto de bienes inmuebles, paisajísticos y culturales que engloban un espacio y que todos los ciudadanos debemos cuidar y respetar para la mejora de su conservación. Es por todos los elementos emblemáticos como obras de arte, museos y fiestas lo que hacen que identifiquemos las ciudades aunque nunca las hayamos visitado. 




Es aquí cuando conviene aplicar el concepto de patrimonio, ya que este adjetivo no sólo se vincula de manera exclusiva a aspectos materiales,  sino que también, se refiere a lo inmaterial a lo que no se puede tocar. Tenemos que entender el patrimonio como un aspecto plural, que incumbe a todos los ciudadanos y que debemos ser conscientes de que debido a su alto valor tanto económico como cultural, hay que otorgarle la importancia que merece, ya que es considerado como un elemento del futuro que forma parte de nuestro presente. 





En mi opinión, estoy de acuerdo con lo que afirma la Declaración de Barcelona: “La ciudad será educadora cuando asuma la intencionalidad y responsabilidad cuyo objetivo sea la formación, promoción y desarrollo de todos sus habitantes”. Referente a mi opinión personal pienso que el patrimonio de cada ciudad se puede utilizar a modo de enseñanza ya que considero que existen muchos conceptos y conocimientos que se pueden llevar a cabo en los espacios públicos ya sean museos, parques, monumentos importantes etc. Para que la educación se actualice, conviene ir cambiando la metodología, es decir, la combinación perfecta para una educación de calidad sería que en el aula se vieran algunos conceptos relacionados algún patrimonio específico de la ciudad, para posteriormente, ver la realidad de ese patrimonio mediante excursiones y actividades al aire libre que impliquen una mayor implicación por parte del alumnado. Dichas actividades deben plantearse desde objetivos diversos en los que cabe tener uno de tipo de formativo en los que les ayude a desarrollar los conocimientos de tipo procedimental. 





Cabe destacar del mismo modo que existen algunas otras que potencian el carácter ético y el valor de la educación para la ciudadanía.  Es preciso que se tomen las medidas oportunas para que se potencie la ciudad educadora para que de esta forma los alumnos consigan potenciar formas de comportamiento y maneras distintas de ver la realidad. Me gustaría añadir que las ciudades, además de dar una imagen ordenada y limpia a todos los ciudadanos, tendrían que preocuparse más por un modelo educativo emergente, que cada vez está más presente  en la vida de los educandos. Debemos tener claro que la escuela es el resultado de la educación y que constituye todo un sistema de valores donde se apoya toda la ciudadanía. 









Es por tanto la ciudad, un emblema fundamental en el que la educación puede sostenerse, pero esta tarea no sólo forma parte de la escuela, sino de todos los ciudadanos. 

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